(J. Lacan, 1955)
El músico argentino Fito Paez escribió para el diario LA NACION un artículo que tituló “La virtud del error” (*). Allí plantea, tal vez, una respuesta a estos tiempos de High School Music. Estas escuelas de música creen que es posible enseñar a alguien a ser un artista. Justamente lo que resalta Fito, refiriéndose a algunos músicos y cineastas, es aquello que no se enseña, o como él mismo lo dice, aquello no-civilizado: es esto y no otra cosa lo que distingue a un artista de otro. Pero eso no-civilizado es a la vez la virtud, porque es nada más y nada menos que el estilo mismo.
La cuestión del “error” siempre nos introduce a diversos temas relacionados con la psicología y con el psicoanálisis. Recordemos que los tcc (terapistas cognitivos- comportamentales) llaman “errores cognitivos” a las ideas irracionales. Para el psicoanálisis, en cambio, no interesa si es error o acierto lo que el sujeto habla. Lo que el paciente dice es verdad para él, es su verdad.
Es lo que plantea Jacques Alain Miller en Introducción al método psicoanalítico. No tratemos de encontrar objetivamente al sujeto: el sujeto es un error en las cuentas. Porque el sujeto mismo no es algo que se pueda contabilizar ni evaluar.
El Seminario V. Las formaciones del inconsciente, de J. Lacan muestra de principio a fin que es en la discontinuidad del discurso del paciente, en los lapsus, en el acto fallido donde se encuentra la vía por donde el analizante accede a un nuevo saber, a un saber sobre su inconsciente. Entonces esta cuestión del “error” en psicoanálisis nos lleva a lo mas particular de cada sujeto.
En lo no-civilizado del factor humano, entonces, encontramos aquello no-educable de cada sujeto, aquello que es el corazón de la obra de Freud: la pulsión. El artista transforma la pulsión en una obra de lenguaje, goza y disfruta con su arte, y eso no es enseñable. No es enseñable porque hay algo del goce que es de Uno, no es del Otro. Es un punto de separación del Otro ya que el estilo es algo que nos diferencia del resto del mundo.
Para el psicoanálisis el hecho artístico, al ser creatividad y fundamentalmente invención (contrario a la repetición), es elaboración por parte del sujeto de la dimensión pulsional. Invención que saca al sujeto de la angustia. Le da una salida.
Por eso Luis Alberto Spinetta tuvo que decir alguna vez lo siguiente: “si no canto lo que siento, me voy a morir por dentro”.
* El artículo “La virtud del error” lo pueden encontrar en:
ADN Cultura (Sitio cultural de LA NACION – Edición del 25-08-2007 – Columna de Fito Paez). Web: www.adncultura.lanacion.com.ar/
*Francisco Ruiz
Lic. en Psicología
Asociado al Instituto Oscar Masotta
(CID Santiago del Estero)
La cuestión del “error” siempre nos introduce a diversos temas relacionados con la psicología y con el psicoanálisis. Recordemos que los tcc (terapistas cognitivos- comportamentales) llaman “errores cognitivos” a las ideas irracionales. Para el psicoanálisis, en cambio, no interesa si es error o acierto lo que el sujeto habla. Lo que el paciente dice es verdad para él, es su verdad.
Es lo que plantea Jacques Alain Miller en Introducción al método psicoanalítico. No tratemos de encontrar objetivamente al sujeto: el sujeto es un error en las cuentas. Porque el sujeto mismo no es algo que se pueda contabilizar ni evaluar.
El Seminario V. Las formaciones del inconsciente, de J. Lacan muestra de principio a fin que es en la discontinuidad del discurso del paciente, en los lapsus, en el acto fallido donde se encuentra la vía por donde el analizante accede a un nuevo saber, a un saber sobre su inconsciente. Entonces esta cuestión del “error” en psicoanálisis nos lleva a lo mas particular de cada sujeto.
En lo no-civilizado del factor humano, entonces, encontramos aquello no-educable de cada sujeto, aquello que es el corazón de la obra de Freud: la pulsión. El artista transforma la pulsión en una obra de lenguaje, goza y disfruta con su arte, y eso no es enseñable. No es enseñable porque hay algo del goce que es de Uno, no es del Otro. Es un punto de separación del Otro ya que el estilo es algo que nos diferencia del resto del mundo.
Para el psicoanálisis el hecho artístico, al ser creatividad y fundamentalmente invención (contrario a la repetición), es elaboración por parte del sujeto de la dimensión pulsional. Invención que saca al sujeto de la angustia. Le da una salida.
Por eso Luis Alberto Spinetta tuvo que decir alguna vez lo siguiente: “si no canto lo que siento, me voy a morir por dentro”.
* El artículo “La virtud del error” lo pueden encontrar en:
ADN Cultura (Sitio cultural de LA NACION – Edición del 25-08-2007 – Columna de Fito Paez). Web: www.adncultura.lanacion.com.ar/
*Francisco Ruiz
Lic. en Psicología
Asociado al Instituto Oscar Masotta
(CID Santiago del Estero)
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