Transferencia

Transferencia
*Auspiciada por la Universidad Nacional de Santiago del Estero, por Resolución Nº 728 CUDAP:EXPE-MGE:0004039/2011. A partir del 6 de Septiembre del 2011.

*Declarada de Interés Académico por el Honorable Consejo Directivo de la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, por contribuir al desarrollo de la producción cultural de la provincia. (Resolución CD FHCSyS Nº 143/2011), a partir del 23 de Agosto del 2011.

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Declarada
de Interés Educativo por el Instituto de Acción Cooperativa (Art. 1º; Resolución 406/2008 - Santiago del Estero, 18 de Julio de 2008), teniendo en cuenta la importancia que representa para el acervo cultural la difusión de conceptos y pensamientos del Psicoanálisis en la Cultura.

PALABRA GRANDE. EL LENGUAJE Y EL SIMBOLO EN EL PENSAMIENTO DE RODOLFO KUSCH (por Lic. Lucas Daniel Cosci)

Porque todo es como una palabra
que no me sale nunca
y se me muere en la boca para siempre.
Manuel J. Castilla, “Elegía”, de El Cielo Lejos

La cultura, baluarte simbólico
En las primeras páginas de Esbozo de una antropología filosófica americana[1], Rodolfo Kusch escribe una definición de cultura que nos servirá para comenzar a pensar desde esta perspectiva. Ahí dice que la cultura "...es el baluarte simbólico en el cual uno se refugia para defender la significación de su existencia"[2]. Esto es la cultura se constituye desde la dimensión simbólica del lenguaje. Pero al hablar de símbolo ingresamos en un terreno difuso que nos exige delimitar los alcances del término. Kusch hace una apropiación muy personal de los conceptos desarrollados por Ricoeur, Jung y Eliade, que le permiten interpretar el horizonte de sentido desde el que se proyecta el pensamiento popular.

Una parte importante de los conceptos que desarrolla Kusch tienen raíces en el pensamiento de Jung, del que tomó cierta mirada para interpretar el simbolismo indígena y americano. En los textos de Kusch podemos reconocer como procedentes de Jung entre otros los siguientes conceptos: 1) El símbolo como síntesis de opuestos; 2) la naturaleza inconsciente y colectiva de determinados símbolos y la hipóstasis de un inconsciente colectivo que Kusch asumirá como inconsciente social; 3) el concepto de arquetipo; 4) la estructura mandálica o simbolismo de centro

El significado de los símbolos no sólo es inconsciente, además es de naturaleza supraindividual. Kusch recupera este concepto, pero desde una reformulación que lo plantea como “inconsciente social”, lo que modifica sustancialmente las cosas, por cuanto refuerza la presión geocultural de los símbolos por sobre el comprometido camino de la hipótesis filogenética de su antecesor.[3] Y el inconsciente social es el suelo que presiona con sus símbolos.

El símbolo como doble sentido
La teoría del símbolo de Ricoeur toma como punto de partida el modelo del texto y su sentido múltiple [4]. Uno de los puntos de partida de la teoría de Ricoeur se lo proporciona Freud con su teoría del sueño. En “La interpretación de los sueños” [5] había mostrado que las expresiones oníricas podían tomarse como un “texto”, cuyo sentido no descansa en sí mismo. El sueño nos deriva hacia un “segundo texto”, que se ha codificado en el primero a través de un complejo “trabajo del sueño”.

Basado en estas observaciones del psicoanálisis y en las de otras disciplinas hermenéuticas, Ricoeur encuentra que éstas trabajan sobre la base de “unidades significantes” de doble sentido: el sentido segundo sólo es accesible a través de las reglas de interpretación.

Decir –como lo hace Ricoeur- que todo “mythos” conlleva un logos, o que todo símbolo exige una hermenéutica, implica una apuesta a cierta aptitud de la racionalidad simbólica para revelarse a sí misma, cosa que no parece estar sugerida por Kusch, ya que para éste último el sentido subyacente en el símbolo se instala en todo caso en una dimensión existencial como una respuesta y una estrategia de vida, antes que una construcción racional. El símbolo es un modo de estar-con-lo-sagrado.

El símbolo y el pensamiento
Tanto en el Esbozo... como en la Geocultura del hombre americano[6] hay caracterizaciones del símbolo propias que Kusch formula

En el prólogo del Esbozo... nos encontramos con una redefinición del lenguaje según los modos en que opera lo simbólico. En un pasaje de mucha fuerza que intenta ser casi una confesión, afirmaba: “Hay palabras comunes y palabras grandes. La palabra común se dice para determinar, para decir esto es, aquello es , o para señalar causas. Exige una verificación y para ello sirve la lógica aristotélica. Pero la palabra grande trasciende a la palabra común, dice más de lo que expresa, porque abarca un área mayor.”[7] El texto merece un análisis. En principio señala dos formas de lenguaje, el de la lógica occidental y el de una lógica de la negación. El primero es el lenguaje de las determinaciones, el segundo se mueve en el terreno de la indeterminación. “No determina, sino que reitera lo mismo en todos los hablantes”, porque es portador de un sentido que trasciende la individualidad un sentido inalterable y sedimentado por el cual el sujeto no determina, sino que es determinado. Es determinado porque el horizonte simbólico presiona con sus sentidos. “Se desempeña en el silencio”, porque se manifiesta con mucha más eficacia en el gesto o el rito, que en la palabra común. El gesto y el rito poseen un grado de indeterminación mayor y hay un exceso de sentido no asimilable desde la lógica occidental. La palabra común termina en la ciencia porque es una palabra objetivante, la palabra grande termina en la poesía por su naturaleza emocional y simbólica.

El símbolo para Kusch no es sólo un “efecto de sentido” que pide ser interpretado como quiere Ricoeur, sino que hace a un modo de pensar y un modo de ser, que no es el de la ciencia occidental. El pensamiento simbólico nos plantea una lógica diferente, una lógica de la negación. [8]

El símbolo es un espacio de encuentro porque es mediación entre lo sagrado y lo profano, entre el sujeto y lo absoluto, entre la comunidad y el entorno, entre el creador y la comunidad. Para Kusch la naturaleza del símbolo es básicamente articuladora. El movimiento del sentido es ascendente como requerimiento de absoluto y descendente como origen del sentido. Entre estos extremos se articulan los cuatro planos que constituyen el espesor de sentido del símbolo.

(*) Lucas Daniel Cosci es Profesor y Licenciado en Filosofía. Se desempeña como docente en la UCSE y en Instituciones de Nivel Terciario de nuestro medio. Sus poesías, cuentos y ensayos han sido difundidos en suplementos culturales de la provincia.

[1] Kusch, Rodolfo, Esbozo de una Antropología Filosófica Americana, Ediciones Castañeda, Colección Estudios
[2] Esbozo..., op. cit., pág. 14.
[3] Dice Kusch en La seducción de la barbarie: “La verdad de la América mestiza yace en su inconsciente social, en su negación de la verdad adquirida por la ficción ciudadana;...”, La Seducción de la Barbarie. Análisis Herético de un Continente Mestizo, Colección Subjetivando, Editorial fundación Ross, S.L., S.F. . pág. 91.
[4] El desarrollo que sigue a continuación, corresponde en líneas generales a Hermenéutica y estructuralismo, Ediciones Megalópolis, Asociación editorial La Aurora, Buenos Aires, 1975, trad. Graziela Baravalle y María Teresa La Valle.
[5] Freud, Sigmund, La interpretación de los sueños, edit. Planeta-Agostini, Barcelona, 1992, trad. Luis López Ballesteros y de Torres.
[6] Kusch, Rodolfo, Geocultura del Hombre Americano, Edit. Fernando García Cambeiro, Buenos Aires, 1976.
[7] Esbozo..., op. cit., págs. 7-8.

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