Transferencia

Transferencia
*Auspiciada por la Universidad Nacional de Santiago del Estero, por Resolución Nº 728 CUDAP:EXPE-MGE:0004039/2011. A partir del 6 de Septiembre del 2011.

*Declarada de Interés Académico por el Honorable Consejo Directivo de la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, por contribuir al desarrollo de la producción cultural de la provincia. (Resolución CD FHCSyS Nº 143/2011), a partir del 23 de Agosto del 2011.

*
Declarada
de Interés Educativo por el Instituto de Acción Cooperativa (Art. 1º; Resolución 406/2008 - Santiago del Estero, 18 de Julio de 2008), teniendo en cuenta la importancia que representa para el acervo cultural la difusión de conceptos y pensamientos del Psicoanálisis en la Cultura.

Sade La Verdad / La Veriteé (por Guillermo Zimmermann)

Edito

rial Atuel – Anáfora

Serie IMPAR

Dirigida por Germán L. García








“No pretendemos someter a la óptica particular

que preside esta antología una obra cuyos

múltiples horizontes comienzan únicamente

a descubrirse en nuestra época. Sin duda, no a

existido nada mas grave que ella, y eso en la

medida en que en plena sociedad “civilizada”

sigue pesando sobre ella el tabú de una prohibición

casi total”


La cita, que transcribimos íntegra, pertenece a la célebre


“Antología del humor negro” (editada en 1939) de

André Bretón. Con ella inicia su prólogo a la obra de D.

A. F de Sade. Sorprende constatar que sus palabras no

han perdido la más mínima actualidad.

¿Qué condiciona la extraña suerte que corrieron los

escritos del Marqués? Nada más perseguido y

defenestrado en la historia de la modernidad, se

empecinan en flotar livianos e indemnes sobre las arenas

del olvido. Absolutamente refractarios al típico desgaste

que impone a las obras el comercio cultural, la

mismidad de lo universitario; se inmortalizan por las plumas

de selectos adeptos. Además de nuestros contemporáneos,

de los cuales el libro que presentamos significa

una pequeña muestra ¿deberemos recordar los nombres

de Swinburne, de Baudelaire, de Bretón, de

Lautréamont entre tantos devotos que no dejaron de

admirarse, de encontrar nuevos sentidos y nuevos enigmas

en la obra sadiana? ¿Cabría esperar tanto revuelo y

admiración por un simple pornógrafo?

No creemos que ese sea ni remotamente el caso, más

bien, para empezar a divisar esos múltiples horizontes

que menciona Bretón mas arriba, debe reconocerse a

Sade como una figura de primerísimo orden para comprender

el moderno occidente; un límite, una frontera en

la historia, que marca un antes y después en la relación

del hombre consigo mismo y con su pensamiento1. Sade

es la parte mas oculta y rechazada de esa gran revolución

occidental que se llamó modernidad, es monumento

y efecto de esos sismos culturales.

Repasemos una perspectiva, destacada por Lacan:

La “república” sadiana hipotética, base de su doctrina,

que se sustentaría en un (inconcebible) derecho universal

al goce (al goce absoluto, a la disposición irrestricta

del cuerpo del otro). No ha de escapársenos la relación

entre la construcción de esta utopía con los movimientos

iniciados por Galileo y Newton: la caída del objeto

phático, aristotélico, como eje de las ciencias físicas y la

consiguiente búsqueda de leyes universales. Este rasgo

de estructura común2 es el que permite a Lacan poner

a Sade en una relación de simetría con Kant y su nueva

ética: la que promulga la obediencia irrestricta a la máxima

universal (el imperativo categórico), que se autoriza

en un desprecio absoluto por el objeto “patológico”.

¿Pero como puede acercarse uno a los escritos

Sadianos, a la pluma misma del Marqués, para constatar

in situ si está a la altura de tanto revuelo?

Una excelente opción es este pequeño libro. Encontramos

como plato fuerte la impresión bilingüe de un

poema inédito de Sade, que da su título al tomo: “La

verdad” (La vérité). Siguiendo el cuidadoso prólogo en que G. Lely presenta el poema, comentamos, por ejemplo, la “heteronimia” que parece haber practicado

el Marqués, tal ves por temor, tal ves por desprecio, firmando estos versos como “La Mettrie”. La

métrica es alejandrina y la rima es plana; aunque no hay ninguna precisión respecto a la fecha de

redacción, ciertos indicios hacen sospechar que fue compuesto en La Bastilla, alrededor de 1877.

Más allá del anecdotario, lo valioso de este poema es que presenta en forma condensada lo

específicamente Sadista, tanto en cuestiones estilísticas como doctrinales3: en los furiosos arrebatos

contra Dios y sus representantes en que Sade se complace a lo largo de las estrofas, afloran fragmentos

de su particular sistema de pensamiento. No veo nada mas adecuado que transcribir aquí las

acertadas frases con que Lely concluye su prólogo: “Si todos los trabajos de Sade hubieran perecido,

exceptuando este poema, sin duda los mas ávidos movimientos de su lenguaje nos habrían sido

robados a nuestra imaginación, pero al menos lo que resuena como el mandamiento inaugural de

su papado demoníaco hubiera llegado hasta nosotros”

Acompaña este poema una serie de artículos, reunidos bajo la rúbrica “Sade en la actualidad”. Abre

la serie “Y, cada tanto, Sade”, un escrito de Germán Leopoldo García que le revista “Parletre” tiene la

alegría de poder acercar en este número a sus lectores. Prosigue una galería de reconocidos intelectuales,

cada uno aportando su lectura y su concepción de la obra sadiana. Nombraremos a Roland

Barthes, Michel Foucault y Jean Paulham entre varios otros. El lector no podrá dejar de interesarse y,

arrastrado por las páginas, advertirá hacia el final del camino que fue obligado a construir y deconstruir

una opinión personal sobre el divino marqués y su obra y que, erguido sobre

ella, ha avistado múltiples

horizontes.



Guillermo Zimmermann

Licenciado en Psicología

Miembro del Grupo de Estudios

Psicoanalíticos de Santiago del Estero.


1- “… consideramos que el tocador sadiano se iguala a aquellos lugares de las escuelas de la filosofía antigua: Academia, Liceo,

Stoa. Aquí como allá se prepara la ciencia rectificando la posición de la Ética” Lacan. Kant con Sade. En Escritos 2 Pág. 759

2- Que hay que diferenciar de analogía.

3- Pero no, lamentablemente, estéticas. En efecto, el lector no encontrará aq

uí los peculiares, y a veces repetitivos

elementos de los que Sade se sirvió para ilustrar sus historias: las bellas e indestructibles víctimas, los

acantilados sin fondo, las húmedas mazmorras y los crueles torturadores están ausentes. Respecto a éstos

últimos, alcanzo al lector unos versos de Baudelaire, que Jean Paulhan refiere en su artículo “Ni pornógrafo

ni Literato” publicado en el libro que comentamos.


Y que, ocultando un látigo bajo sus largos ropajes

Mezclan en el bosque sombrío y las noches solitarias.

La espuma del placer con las lágrimas de los tormentos



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