1963...
No fue un año cualquiera en la historia del movimiento psicoanálitico, no uno más. Marca un antes y un después y por que no decirlo ha tenido cierto “tufillo a escándalo”. (1)
Durante 10 largos años J. Lacan se había dedicado al dictado de su Seminario en la Sociedad Francesa de Psicoanálisis. En Noviembre de 1963, cuando se hallaba al inicio de lo que hubiera sido el Seminario de los Nombres del Padre, en la clase inicial anunció cierta novedad: sería esta la última clase dictada por él. Quedaría este momento trunco de su enseñanza como el Seminario Inexistente, y no sería publicada esta clase sino muchos años luego de su muerte. J.A.Miller escribe que el mismo Lacan nada quería saber de su publicación en vida.
La noche anterior se le habría comunicado que ya no pertenecía a la lista de didactas de la Sociedad Psicoanalítica, había sido proscripta su enseñanza. El Comité Ejecutivo de la organización llamada la International Psychoanalytical Associatión (IPA) había sometido a la censura su enseñanza, considerándola nula en lo referido a la habilitación de un psicoanalista.
Unos meses mas tarde, ya en Enero de 1964 reinicia su enseñanza en la Escuela Normal con el dictado de un nuevo Seminario, no prosigue con el desarrollo del que había iniciado en aquel momento de 1963. Este sería el Seminario XI “Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis”, no resulta casual la elección del temario, tanto se había desvirtuado conceptualmente el Psicoanálisis, que era el momento más que oportuno para precisar seriamente conceptos como el Inconsciente, la Transferencia, la Pulsión y la Repetición.
En el primer apartado del Seminario XI hace mención a lo acontecido meses atrás, otorgándole a aquel momento el nombre de Excomunión.
1963 no puede ser comprendido sin antes traer a la memoria lo sucedido en 1953 y más tarde en 1967.
En 1953 hubo cierto movimiento, el de la Escisión de lo que por entonces era la Sociedad Psicoanalítica de París, filial de la I.P.A.. No se trataba de cualquier miembro, era el que reunía las mayores posibilidades de suceder al presidente de la Sociedad Francesa de Psicoanálisis su amigo, en aquel entonces, el Dr.Nacht. Lacan era responsable de la Comisión de Enseñanza. Había confeccionado estatutos que regulaban y controlaban la formación de los psicoanalistas.
Lacan sostenía una perspectiva diferente sobre dicha formación. Se dividen entonces en la Sociedad Psicoanalítica de París y la Sociedad Francesa de Psicoanálisis donde se encontraba Lacan y su grupo. La mayoría de los estudiantes decide seguirlo entonces.
La Sociedad Francesa al conformarse pide a su vez, el reconocimiento a la I.P.A., pero Lacan no estaría dispuesto a seguir exactamente sus indicaciones, no por capricho, sino por entender que las condiciones para el reconocimiento de la formación de analistas de la I.P.A., nada tenían que ver con el Psicoanálisis mismo, sino con su desdibujamiento.
Hay un texto que se conoce como “Las recomendaciones de Edimburgo” donde su sola lectura habla de lo que el Psicoanálisis no es.
La I.P.A nunca otorgó reconocimiento a la Sociedad Francesa de Psicoanálisis durante los 10 años que se bregó para que ello sucediera. Está claro que, para que lo obtuviera Lacan tenía que dejar de ser un problema.
No fue esta de ninguna manera, una situación accidental, sino el resultado de años de tratos sórdidos hacia Lacan, comentará luego J. A. Miller: su cabeza fue el precio que debían pagar sus colegas para obtener reconocimiento oficial como “French Study Group”. No solo fue objeto de negociación por parte de sus colegas, sino de algunos de sus analizados y algunos de estos aún en análisis.
En la primera clase del Seminario XI Lacan agradece que le hayan dado lugar en la Escuela Normal para retomar a su enseñanza, donde fue llevado por Althusser. Fue acogido allí y él se reconoce como “un refugiado”. Se ubica él mismo como un deshecho, pero solo desde esa posición puede hacer algo.
En junio de 1964 funda su Escuela Freudiana de París que llega hasta los años 80 donde es disuelta y crea la Escuela de la Causa Freudiana.
1963 fue un momento de proscripción, censura, pero también fue la posibilidad de hacer algo, tal es así que tiempo después, el 9 de Octubre de 1967 Lacan plasma su proposición sobre el analista de la Escuela.
Ya en épocas de su texto “Variantes de la Cura Tipo” de 1955 estaba claro que, para Lacan no se trataba de saber que es el Psicoanálisis, sino saber que es un psicoanalista.
Entre otras cosas las diferencias más importantes tenían que ver con la duración y frecuencia de las sesiones de los tratamientos, las indicaciones hablaban de cuatro sesiones semanales de tres cuartos de hora durante un mínimo de doce meses. Para Lacan la posibilidad de que un sujeto subjetivara algo de su sufrimiento nada tenía que ver con la duración cronológica del tiempo en tratamiento, sino de tiempos lógicos, el tiempo lógico necesario para cada analizante. Lacan en su enseñanza promueve la importancia de las sesiones cortas entre sus estudiantes, cuestión que no es del agrado de la I.P.A.
Lacan inventa un dispositivo: el Pase. Es un dispositivo para pedirles a los psicoanalistas que cuenten por que han hecho un análisis, su propio análisis.
Un psicoanalista no es el resultado de su analista, de la identificación con aquel, sino de su análisis. El analista lacaniano no lo es por su saber, por la acumulación de conceptos, sino por la posición que ha adquirido como resultado de su propio análisis
La propuesta del Pase echa por tierra el ideal del analista experimentado en la práctica elevándolo a una posición de autoridad incuestionable. Describe Lacan: “el analista experimentado empieza a imaginar que sabe, a convertir su práctica en rutina, olvida lo extraordinario, lo increíble del acto analítico, y llega a pensar que posee un saber hacer analítico.”(2)
Mas tarde, haciendo frente a las críticas dirá en tono burlón, sarcástico como era su estilo: “no hay formación analítica, solo hay formaciones del Inconsciente. En última instancia, no hay otra formación que la del propio análisis”.(3)
Aunque algunos pudieran pensar que la formación del analista lacaniano pareciera una cuestión ligera, no lo es de ningún modo, Lacan mantiene exigencias muy elevadas en lo que al analista se refiere. La proposición del 9 de Octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela es un acto fundacional de esta y, si se quiere respuesta hacia aquellos que proscribieron su enseñanza en el 63, da cuenta en fin de lo que el Psicoanálisis si es, lo que hace un psicoanalista.
*Gabriela L. Céspedes
Bibliografía:
Lacan, J: De los Nombres del Padre. Ed. Paidós. 2005
Lacan, J: Seminario 11. Los Cuatro Conceptos Fundamentales del Psicoanálisis. Ed. Paidós 2001
Lacan, J: Momentos Cruciales de la Experiencia Analítica. Ed. Manantial. 2000
Miller, J.A: Introducción a la Clínica Lacaniana. Escuela Lacaniana de Psicoanálisis. R.B.A. Libros S.A. 2007
Miller, J.A: Escisión.Excomunión.Disolución. Tres momentos en la vida de Jacques Jacan. Ed. Manantial 1987.
Brodsky, G: Fundamentos. Comentario del Seminario 11. 1°ed. 1° reimp. Bs. As. Instituto Clínico de Buenos Aires, 2004
Citas bibliográficas:
(1) Lacan, J. Seminario 11. Pag.12 Ed. Paidós.2001
(2) (3) Miller, J.A Introducción a la Clínica Lacaniana. Pág. 536 - 537
No fue un año cualquiera en la historia del movimiento psicoanálitico, no uno más. Marca un antes y un después y por que no decirlo ha tenido cierto “tufillo a escándalo”. (1)
Durante 10 largos años J. Lacan se había dedicado al dictado de su Seminario en la Sociedad Francesa de Psicoanálisis. En Noviembre de 1963, cuando se hallaba al inicio de lo que hubiera sido el Seminario de los Nombres del Padre, en la clase inicial anunció cierta novedad: sería esta la última clase dictada por él. Quedaría este momento trunco de su enseñanza como el Seminario Inexistente, y no sería publicada esta clase sino muchos años luego de su muerte. J.A.Miller escribe que el mismo Lacan nada quería saber de su publicación en vida.
La noche anterior se le habría comunicado que ya no pertenecía a la lista de didactas de la Sociedad Psicoanalítica, había sido proscripta su enseñanza. El Comité Ejecutivo de la organización llamada la International Psychoanalytical Associatión (IPA) había sometido a la censura su enseñanza, considerándola nula en lo referido a la habilitación de un psicoanalista.
Unos meses mas tarde, ya en Enero de 1964 reinicia su enseñanza en la Escuela Normal con el dictado de un nuevo Seminario, no prosigue con el desarrollo del que había iniciado en aquel momento de 1963. Este sería el Seminario XI “Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis”, no resulta casual la elección del temario, tanto se había desvirtuado conceptualmente el Psicoanálisis, que era el momento más que oportuno para precisar seriamente conceptos como el Inconsciente, la Transferencia, la Pulsión y la Repetición.
En el primer apartado del Seminario XI hace mención a lo acontecido meses atrás, otorgándole a aquel momento el nombre de Excomunión.
1963 no puede ser comprendido sin antes traer a la memoria lo sucedido en 1953 y más tarde en 1967.
En 1953 hubo cierto movimiento, el de la Escisión de lo que por entonces era la Sociedad Psicoanalítica de París, filial de la I.P.A.. No se trataba de cualquier miembro, era el que reunía las mayores posibilidades de suceder al presidente de la Sociedad Francesa de Psicoanálisis su amigo, en aquel entonces, el Dr.Nacht. Lacan era responsable de la Comisión de Enseñanza. Había confeccionado estatutos que regulaban y controlaban la formación de los psicoanalistas.
Lacan sostenía una perspectiva diferente sobre dicha formación. Se dividen entonces en la Sociedad Psicoanalítica de París y la Sociedad Francesa de Psicoanálisis donde se encontraba Lacan y su grupo. La mayoría de los estudiantes decide seguirlo entonces.
La Sociedad Francesa al conformarse pide a su vez, el reconocimiento a la I.P.A., pero Lacan no estaría dispuesto a seguir exactamente sus indicaciones, no por capricho, sino por entender que las condiciones para el reconocimiento de la formación de analistas de la I.P.A., nada tenían que ver con el Psicoanálisis mismo, sino con su desdibujamiento.
Hay un texto que se conoce como “Las recomendaciones de Edimburgo” donde su sola lectura habla de lo que el Psicoanálisis no es.
La I.P.A nunca otorgó reconocimiento a la Sociedad Francesa de Psicoanálisis durante los 10 años que se bregó para que ello sucediera. Está claro que, para que lo obtuviera Lacan tenía que dejar de ser un problema.
No fue esta de ninguna manera, una situación accidental, sino el resultado de años de tratos sórdidos hacia Lacan, comentará luego J. A. Miller: su cabeza fue el precio que debían pagar sus colegas para obtener reconocimiento oficial como “French Study Group”. No solo fue objeto de negociación por parte de sus colegas, sino de algunos de sus analizados y algunos de estos aún en análisis.
En la primera clase del Seminario XI Lacan agradece que le hayan dado lugar en la Escuela Normal para retomar a su enseñanza, donde fue llevado por Althusser. Fue acogido allí y él se reconoce como “un refugiado”. Se ubica él mismo como un deshecho, pero solo desde esa posición puede hacer algo.
En junio de 1964 funda su Escuela Freudiana de París que llega hasta los años 80 donde es disuelta y crea la Escuela de la Causa Freudiana.
1963 fue un momento de proscripción, censura, pero también fue la posibilidad de hacer algo, tal es así que tiempo después, el 9 de Octubre de 1967 Lacan plasma su proposición sobre el analista de la Escuela.
Ya en épocas de su texto “Variantes de la Cura Tipo” de 1955 estaba claro que, para Lacan no se trataba de saber que es el Psicoanálisis, sino saber que es un psicoanalista.
Entre otras cosas las diferencias más importantes tenían que ver con la duración y frecuencia de las sesiones de los tratamientos, las indicaciones hablaban de cuatro sesiones semanales de tres cuartos de hora durante un mínimo de doce meses. Para Lacan la posibilidad de que un sujeto subjetivara algo de su sufrimiento nada tenía que ver con la duración cronológica del tiempo en tratamiento, sino de tiempos lógicos, el tiempo lógico necesario para cada analizante. Lacan en su enseñanza promueve la importancia de las sesiones cortas entre sus estudiantes, cuestión que no es del agrado de la I.P.A.
Lacan inventa un dispositivo: el Pase. Es un dispositivo para pedirles a los psicoanalistas que cuenten por que han hecho un análisis, su propio análisis.
Un psicoanalista no es el resultado de su analista, de la identificación con aquel, sino de su análisis. El analista lacaniano no lo es por su saber, por la acumulación de conceptos, sino por la posición que ha adquirido como resultado de su propio análisis
La propuesta del Pase echa por tierra el ideal del analista experimentado en la práctica elevándolo a una posición de autoridad incuestionable. Describe Lacan: “el analista experimentado empieza a imaginar que sabe, a convertir su práctica en rutina, olvida lo extraordinario, lo increíble del acto analítico, y llega a pensar que posee un saber hacer analítico.”(2)
Mas tarde, haciendo frente a las críticas dirá en tono burlón, sarcástico como era su estilo: “no hay formación analítica, solo hay formaciones del Inconsciente. En última instancia, no hay otra formación que la del propio análisis”.(3)
Aunque algunos pudieran pensar que la formación del analista lacaniano pareciera una cuestión ligera, no lo es de ningún modo, Lacan mantiene exigencias muy elevadas en lo que al analista se refiere. La proposición del 9 de Octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela es un acto fundacional de esta y, si se quiere respuesta hacia aquellos que proscribieron su enseñanza en el 63, da cuenta en fin de lo que el Psicoanálisis si es, lo que hace un psicoanalista.
*Gabriela L. Céspedes
Bibliografía:
Lacan, J: De los Nombres del Padre. Ed. Paidós. 2005
Lacan, J: Seminario 11. Los Cuatro Conceptos Fundamentales del Psicoanálisis. Ed. Paidós 2001
Lacan, J: Momentos Cruciales de la Experiencia Analítica. Ed. Manantial. 2000
Miller, J.A: Introducción a la Clínica Lacaniana. Escuela Lacaniana de Psicoanálisis. R.B.A. Libros S.A. 2007
Miller, J.A: Escisión.Excomunión.Disolución. Tres momentos en la vida de Jacques Jacan. Ed. Manantial 1987.
Brodsky, G: Fundamentos. Comentario del Seminario 11. 1°ed. 1° reimp. Bs. As. Instituto Clínico de Buenos Aires, 2004
Citas bibliográficas:
(1) Lacan, J. Seminario 11. Pag.12 Ed. Paidós.2001
(2) (3) Miller, J.A Introducción a la Clínica Lacaniana. Pág. 536 - 537
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