Transferencia

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*Auspiciada por la Universidad Nacional de Santiago del Estero, por Resolución Nº 728 CUDAP:EXPE-MGE:0004039/2011. A partir del 6 de Septiembre del 2011.

*Declarada de Interés Académico por el Honorable Consejo Directivo de la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, por contribuir al desarrollo de la producción cultural de la provincia. (Resolución CD FHCSyS Nº 143/2011), a partir del 23 de Agosto del 2011.

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Declarada
de Interés Educativo por el Instituto de Acción Cooperativa (Art. 1º; Resolución 406/2008 - Santiago del Estero, 18 de Julio de 2008), teniendo en cuenta la importancia que representa para el acervo cultural la difusión de conceptos y pensamientos del Psicoanálisis en la Cultura.

Comentario de libro: El inconsciente estético. JACQUES RANCIÈRE (por Andrés Navarro)


Cometario de libro

El inconsciente estético

JACQUES RANCIÈRE*

Editorial Estante, 2005

En esta corta pero intensa obra, Jacques Rancière propone una singular mirada a la obra de Freud donde analiza la vinculación del padre del Psicoanálisis con el arte, y la literatura en particular, en la conceptualización del inconsciente. “¿Qué busca y encuentra Freud en el análisis de las obras o de los pensamientos de los artistas?” se preguntará el autor.

Rancière postula la existencia del “inconsciente estético” presente en las obras literarias desde fines del s XVIII en concordancia con un cambio en el estatuto de pensamiento del arte.

Así, el régimen estético será el nuevo modo de pensar las producciones del arte que vendrá a revocar al régimen representativo de la época clásica. Aquél que tenía la idea del pensamiento como una acción que se impone a una materia pasiva. La revolución estética, como la define Rancière, implica la abolición de un conjunto ordenado de relaciones entre lo visible y lo decible, entre el saber y la acción, entre la actividad y la pasividad, “…supone un régimen de pensamiento del arte en el que lo propio del arte es ser la identidad de una acción consciente y de una producción inconsciente, de una acción deseada y de un proceso involuntario; en síntesis, la identidad de un logos y de un pathos”.

Rancière trabaja primero con Edipo por considerarlo “el personaje poético central en la elaboración del Psicoanálisis”. Esto se desarrolla en el segundo capítulo titulado “El defecto de un tema” donde se cuenta la experiencia de Corneille, dramaturgo francés, que en 1659 recibió el encargo de escribir una tragedia. Eligió Edipo pero rápidamente se encontró con dificultades para traducirlo a la escena francesa. Los ojos reventados del héroe sofocleano indignarían a las damas, y la ausencia de una historia de amor no atraería al público. Rancière afirma aquí, que el problema no radica en el “dato incestuoso” sino en “la puesta en ficción del esquema de la revelación y de la corporalidad teatral del desenlace”.

Cornaille solucionó el problema sacando de escena los ojos reventados, pero también suprimiendo la confrontación verbal de Edipo con el oráculo Tiresias, “…en la que aquél que sabe no quiere decir -pero habla a pesar de todo-, mientras que quien quiere saber se rehúsa a oír las palabras que revelan la verdad que busca”. Además le dio a Edipo una hermana y a ésta un enamorado. Así transformó la obra en una “intriga moderna” llena de intereses y pasiones en conflicto donde la identidad del culpable del asesinato de Layo no se aclara hasta el final.

Setenta años más tarde, Voltaire, también toma Edipo para enfrentarse a Sófocles de un modo más franco. Voltaire dice que es inverosímil que Edipo desconozca las condiciones de la muerde de Layo, como también que no escuche a Tiresias al que él mismo había convocado. Corrige esto proponiendo otro candidato a asesino de Layo.

Rancière plantea entonces que el Edipo sofocleano aparece, en la época clásica, como un tema defectuoso. Porque establece una relación defectuosa entre lo que es visto y lo que es dicho, y entre lo que es dicho y lo que es entendido. De modo que lo que se pone en juego en esta racionalidad dramática es el “sujeto”. Edipo, ese loco del saber que acaba con los ojos reventados, no hiere simplemente la “delicadeza” de las damas. “Sino propiamente el orden del sistema representativo que normativiza la creación dramática”.

La hipótesis de Rancière será que el Psicoanálisis se inscribe en un terreno en litigio donde ambos inconscientes coexisten en una paradojal relación de complicidad y conflicto.

En “La interpretación de los sueños” Freud opone el Psicoanálisis a la ciencia positiva y hace una alianza con la creencia popular, “con el viejo fondo mitológico de las significaciones de los sueños”. Pero Rancière señala que es otra la alianza que se teje y que se explicita en el texto sobre la Grádiva. Se trata de una alianza con los escritores: Goethe, Schiller, Sófocles, Shakespeare, que sirven de guía a la nueva ciencia, porque el espacio entre la ciencia positiva y la creencia popular es el terreno del inconsciente estético.

Pero un giro sorpresivo se expone en el capítulo “Las correcciones de Freud” donde se explicita la especificidad de la conexión de Freud con las cuestiones del arte. Rancière afirma que la intención de Freud no es establecer una etiología sexual de los fenómenos del arte. “Es intervenir en la idea del pensamiento inconsciente que normativiza las producciones de régimen estético del arte, ordenar la manera en que el arte y el pensamiento del arte hacen jugar las relaciones del saber y el no-saber, del logos y el pathos, del lo real y lo fantástico”. “Quiere hacer triunfar la vocación hermenéutica y de elucidación del arte sobre la entropía nihilista inherente a la configuración estética del arte”.

Para fundamentar esto, Rancière toma lo que sucede en el texto sobre la Gradiva de Jensen. Detrás de la historia de un joven enamorado de una figura de piedra, al punto de no poder ver a la mujer real más que como un fantasma, “Freud intenta restablecer la verdadera etiología del caso Norbert Hanold: una represión y un desplazamiento de la atracción sexual del adolescente por la joven Zoe”. Esto, según Rancière, lleva a Freud a realizar una interpretación ingenua de los sueños del personaje en función a sus propios principios: el mensaje oculto se obtiene haciendo una simple traducción de la figura onírica a su equivalente real. Freud deja de lado también otros caminos de análisis clínico, como lo sería el de un caso de erotomanía fetichista. Tampoco toma la relación de la clínica con la historia de los mitos: la historia de un hombre enamorado de una imagen que sueña con la posesión real de esa imagen; tal el mito de Pigmalión. A Freud sólo una cosa parece interesarle: restablecer en la historia una buena intriga causal. “Poco importa que la historia sea real o ficticia. Lo esencial es que sea unívoca. Que oponga a la indiscernibilidad romántica y reversible de lo imaginario y de lo real una disposición aristotélica de acciones y saberes dirigida hacia el acontecimiento de un reconocimiento”.

Dejo en este punto el desarrollo de este sintético comentario esperando se produzca en el lector la picazón por ir a la fuente: el libro. Quedan fuera los análisis de Rancière sobre otros textos de Freud: “Lo ominoso”, “El Moisés de Miguel Ángel” y los trabajos sobre la obra de Ibsen, que utiliza para desarrollar su tesis sobre el inconsciente estético y su relación de complicidad y rivalidad con el inconsciente freudiano.

Este polémico libro es el resultado de dos conferencias dictadas por el autor a pedido de la Escuela de Psicoanálisis de Bruselas en el año 2000, con el fin de realizar un nuevo cruce entre los discursos del Psicoanálisis y la Filosofía.

*Filósofo francés. Profesor Emérito de la Universidad de París VIII. Algunas de sus obras son: La lección de Althusser (1974); El maestro ignorante. Cinco lecciones de emancipación intelectual (1987); El desacuerdo. Política y filosofía (1995); La palabra muda, ensayos sobre las contradicciones en la literatura (1998); La fábula cinematográfica (2001).

Andrés Navarro

Psicólogo. Escritor.

Participante de la Jeta Literaria.

Miembros del Grupo de Estudios Psicoanalíticos de Sgo. Del Estero

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