Transferencia

Transferencia
*Auspiciada por la Universidad Nacional de Santiago del Estero, por Resolución Nº 728 CUDAP:EXPE-MGE:0004039/2011. A partir del 6 de Septiembre del 2011.

*Declarada de Interés Académico por el Honorable Consejo Directivo de la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, por contribuir al desarrollo de la producción cultural de la provincia. (Resolución CD FHCSyS Nº 143/2011), a partir del 23 de Agosto del 2011.

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Declarada
de Interés Educativo por el Instituto de Acción Cooperativa (Art. 1º; Resolución 406/2008 - Santiago del Estero, 18 de Julio de 2008), teniendo en cuenta la importancia que representa para el acervo cultural la difusión de conceptos y pensamientos del Psicoanálisis en la Cultura.

A propósito de "La lengua de las mariposas": un ejercicio de lectura





Esta excelente película, dirigida por José Luís Cuerda en 1999, cuenta la relación de un niño con su maestro republicano en un pueblo de Galicia durante la primavera del 36. Imposible separar en esa trama lo pedagógico de lo social y lo político. Las fotos en blanco y negro que presentan los títulos de crédito muestran una España que trabaja para hacer entrar un nuevo capítulo en su historia.



La historia que vamos a ver está tramada en los avatares de un despertar, el despertar de un niño a la vida (aprendiendo a respirarla) y de un país a la modernidad, con sus avances y rupturas, todo ello no sin violencia, feroz a veces.
La pregunta inicial del film, espetada a cada espectador, es: ¿a tí te pegaban en la escuela? Es una pregunta en la que resuena el fantasma “Pegan a un niño” magistralmente desmontado por Freud. Pero también, más en el registro de otros textos freudianos como la correspondencia con Einstein o “Sobre guerra y muerte”, resuenan ecos de la guerra, siempre (in)civil.
1. La entrada en la escuela
El niño llega a la escuela con las marcas del Otro familiar: el sobrenombre de “gorrión” y un pequeño objeto, resto de la operación de separación con la madre, un aparato para respirar, ya que es asmático. Un significante y un síntoma lo representan, de ambas cosas se va a ir separando.
De entrada, el primer día de clase, aunque el maestro lo ha tratado de “usted”, el niño se mea de miedo. Cuando se asusta y huye, el maestro lo busca para disculparse e invitarlo a volver a clase. Es el tiempo de instalación de un lazo pedagógico hecho de respeto y de cuidado que contrasta con la violencia que veremos crecer en la película.
El coloquio que se produce en el aula es una lección de pedagogía, por ejemplo, la escena del poema para la que conviene seguir la recomendación del maestro: “fíjense bien en la puntuación”. En esa escena se produce la verdadera entrada del niño como sujeto de la educación, que ha necesitado dos tiempos, y que se efectúa a partir de un saber de lo cotidiano. Dignificando el “gorrión” al transformarse en un “pollo”, el alumno puede hacer su primer compañero, compañero al confesarle “yo, el primer día de clase, me cagué”. De ese objeto va a nacer una gran amistad.
2. Los cambios
Primer cambio, América deja de ser el lugar fabulado y fabuloso de una huída suicida, para aparecer como origen proteico, el lugar de donde provienen las suculentas patatas. La madre se deja maravillar por todos esos descubrimientos del niño, aunque señalando un límite: para ella hay que rezar a un Dios que no mata. La película se encargará de contradecir ese punto de plano.
En ese momento, más que cambios, España tiene convulsiones: en Barcelona se queman iglesias. En el pueblo la madre se encarga de recordar a las mujeres que gracias a la República ellas pueden votar. La conversación entre las mujeres a la salida de misa es para no perdérsela.
Los cambios republicanos al laicizar la educación ya se han producido. El cura y el maestro disputan en latín, eso les queda en común. “La libertad estimula el espíritu de los hombres fuertes”, sostiene el maestro mientras su alumno usa esa libertad para sus investigaciones sobre la sexualidad… Esa palabra, libertad, aparecerá solo otra vez en el film, y entonces ya estará bajo trágica amenaza.

3. Lo que no cambia
El puente que parecía llevar a la América soñada conduce en realidad a otro continente, tanto o más desconocido: cómo se las arreglan los hombres con las mujeres. Cada niño mira la escena desde su teoría infantil: la del nuestro es “se dan besos y se empujan...” sin olvidarse del culo. Con razón en este punto aparecen las razas en el temario escolar: se trata de razas de goce, como Lacan nos enseñó a leerlas.
El fim no nos ha dicho aún sobre qué se asienta la problemática de la chica y el perro, pero vamos a saber que se trata de un pecado del padre, aquello que seguramente hacía tanto rezar a la madre. Esa chica, personaje en el límite de la debilidad mental, es un personaje de la segregación, como la chica gruesa de los capones del principio de la película, tratada como si no fuera humana. Al otro lado de esas figuras al límite de lo humano, el ideal femenino: “la música, dice el profesor de piano en un momento, ha de tener una cara de mujer a la que enamorar”. Nuestro amigo ha de encontrar todavía a su chica en esta historia.
El desorden y el griterío en un aula son también un universal. El profesor da otra lección al callarse, provocando así el silencio en el aula. ¡Qué diferencia con lo que ocurre ahora, tanta opinión banal sobre la violencia que no hace sino contribuir a ella! Detrás de esa lección se encadena otra: es la primavera y el maestro ha de encontrar la forma de seducir a su auditorio. Por encima del barullo de las hormonas propone los submarinos de las arañas, el ganado de las hormigas... y la lengua de las mariposas.
La pulsión encuentra un modo de socializarse en la fiesta, en la música. Sin embargo algo del exceso es inevitable y el chico tiene un episodio de ahogo asmático, el maestro rápido de reflejos lo somete a un bautizo laico que le granjeará la gratitud del padre y un traje nuevo, ya que éste tiene el oficio de sastre. Padre y maestro se han reconocido en “las luces de la República” enseguida.

4. Los secretos
Cada uno tiene su secreto y también el modo de tratarlo. El maestro, “desierta cama, turbio espejo, corazón vacío”, como él dice, encontró en los libros el hogar para que sus sueños no murieran de frío. Felizmente elige guardarse a Kropotkin y regalar al chico La isla del tesoro y un cazamariposas. A cada uno lo suyo.
Carmiña, la niña débil, resultará ser el secreto inesperado del padre, que se ocupa de dar sepultura a los restos de ese goce no matrimonial.
El chico necesitará de la conversación con el maestro para percibir la solución con el verdadero secreto, el más poderoso: el único infierno que existe está en uno mismo.
Pero no todos los infiernos se cultivan en interiores. De repente el himno de Riego se ha vuelto secreto, basta la pareja de la guardia civil a lo lejos para hacer surgir la amenaza. En su despedida, el maestro ofrece su última lección “el lobo no dormirá nunca con el cordero, pero basta una sola generación libre en España...”. La solución de la frase ha quedado en el aire.
De ahí en más los semblantes van a caer, uno a uno. Hasta dejar, como último secreto, las palabras que el chico lanza bajo la presión familiar, cada una con una piedra, al que fuera su maestro: “ateo, rojo... espiritrompa”!
Ese último significante instala el elemento de autenticidad y de dignidad propios de la infancia. Espiritrompa sirve aquí como un ejemplo de la función del sinsentido en la orientación lacaniana, esto es, su valor y su eficacia.
El final del film deja al espectador con la sensación de que, diga lo que diga de ahí en adelante, será su propia posición lo que va a ponerse en juego.


Intervención en el curso
El vínculo educativo, ICF de Barcelona,
mayo 2002.


Anna AromíLicenciada en Psicopedagogía.
Psicoanalista en Barcelona. Docente en la Sección Clínica. Miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis.

1 comentarios:

PARLÊTRE dijo...

El análisis llevado a cabo por Anna Aromí en este trabajo es excelente! Muestra con precisión el modo particular que posee el discurso psicoanalítico de detenerse ante datos de apariencia "pequeña", pero que muestran una clara elocuencia para quienes pueden percibirlos.Artículo recomendado! A.Congiu

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